martes, 10 de noviembre de 2009

Core i7

Los procesadores Core i7 están fabricados con la última arquitectura de Intel. Esta es una evolución de la de los procesadores Core 2. Se han mejorado varios puntos de dicha arquitectura, se ha añadido multithreading y varios elementos al procesador que veremos al final de esta entrada. Primero vamos a concentrarnos en el núcleo de la arquitectura.

Empezaremos por el front buffer, encargado de suministrar las instrucciones a las unidades de ejecución. Es la parte que corresponde a las fases IF (instruction fetch) e ID (instruction decode) de un pipeline sencillo. Veamos un esquema.



Como se puede ver, el procesador tiene una caché de instrucciones de 32 KB de la que se leen para pasar a decodificarlas. Esta caché está conectada a otra de nivel 2, de 256 KB. La decodificación y traducción desde instrucciones x86 hasta microOps, que son las que realmente maneja el procesador internamente se realiza en 2 pasos. El procesador al tener varios decodificadres, uno de ellos complejo y poder fusionar instrucciones, tiene un máximo teórico de 5 instrucciones x86 emitidas por ciclo. En este proceso de decodificación también se realiza la predicción de saltos y la detección de bucles. Aunque Intel no ha revelado qué tipo de predictor de saltos utiliza, se sabe que hay al menos 2 predictores de 2 niveles. También hay un buffer con direcciones de retorno de llamadas a procedimientos. De esta manera se gestionan más rápidamente estos saltos indirectos. Como novedad en esta arquitectura, la detección de bucles se realiza después de terminar la decodificación. De esta manera las instrucciones de un bucle ya están decodificadas y se libera de trabajo a los elementos previos del front-end, incluida la caché de instrucciones. Por último, se reservan registros y se leen los valores del buffer de reordenación que sean necesarios antes enviar una instrucción a la fase de ejecución, que vemos en el siguiente diagrama.

Como se muestra en el diagrama, solo hay una estación de reserva unificada de 128 entradas, que se encarga de suministrar instrucciones a las 6 unidades funcionales siempre que sea posible. De estas unidades, 3 hacen operaciones load/store y otras 3 calculos aritméticos y lógicos. Los resultados se llevan al buffer de reordenación que hemos visto anteriormente. Los resultados de las operaciones load/store además, no acceden directamente a la caché de datos de 32 KB que tiene el procesador, sino que pasan por un buffer intermedio, para evitar los riesgos de datos al leer y escribir en instrucciones diferentes que han podido ser ejecutadas fuera de orden. Desde este buffer pasa a la caché.

De manera resumida hemos visto el funcionamiento de la base de un procesador Core i7, y como en general sigue un diseño típico en los procesadores de propósito general de hoy en día, utilizando las técnicas de optimización comunes, como predicción de saltos, especulación o multithreading. Sin embargo lo que hemos visto corresponde solo a un nucleo del procesador. El diseño del Core i7 se ha hecho de manera modular, por lo que un procesador con esta arquitectura puede tener 2 o más nucleos como el descrito. Todos estos núcleos comparten otros elementos que vamos a ver a continuación:

En este ejemplo, hay 4 núcleos. Cada uno de ellos tiene los elementos que se han descrito anteriormente. Los 4 sin embargo comparten el resto de elementos, entre ellos la caché de nivel 3, cuyo tamaño es 8 MB.

Mientras que los núcleos de un Core i7 son en gran medida iguales a los de un Core 2 aunque con más recursos (más entradas en la estación de reserva, mayor buffer de reordenación, etc...) y algunas mejoras, en el diseño de esta arquitectura hay cambios muy importantes. Especialmente la inclusión del un controlador de memoria DDR3 de 3 canales en el chip y el uso de un bus (llamado QPI) de interconexión entre procesadores (para entornos multiprocesador) y entre el procesador y el hub de la placa base. De esta manera se evita el clásico FSB (front side bus) que en caso de haber más de un procesador, se compartía para acceder a la memoria así como para comprobar la coherencia de las cachés de cada procesador. La arquitectura Core i7 pasa a ser NUMA (Non-Uniform Memory Access). Este diseño es prácticamente el mismo que introdujo AMD hace varios años en sus procesadores Opteron y posteriores con buenos resultados.

En este diagrama podemos ver la configuración de una máquina con dos procesadores Core 2 y a la derecha la configuración NUMA equivalente con 2 procesadores Core i7.

Mientras que antes los procesadores tenían que repartirse el bus de salida para llegar a cualquier recurso que estuviera fuera del propio procesador, con la arquitectura Core i7, un procesador tiene buses diferentes para acceder al parte de la memoria, al hub de la placa base (y por lo tanto a periféricos como la tarjeta gráfica) y al otro procesador (y a la memoria que este controla), por lo que no habrá conflictos por compartir un mismo bus con el otro procesador. Otra de las ventajas de este diseño es que los accesos a memoria tienen menos latencia, al estar conectada directamente al controlador de memoria del procesador. Incluso en los casos en los que un dato está en los bancos de memoria del otro procesador, la latencia, aunque peor que si la memoria estuviera conectada directamente al procesador que pide el acceso, mejora respecto a las arquitecturas anteriores.

Como hemos visto esta arquitectura no presenta grandes cambios en lo que es el diseño del núcleo del procesador, pero sí supone un avance importante en la forma de conectarse con la memoria y otros elementos externos al procesador y que muchas veces puede ser el cuello de botella de un sistema.

Patxi Astiz

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